Yo soy la chispa de la vida. Eso es lo que responderá cualquier anuncio de coca-cola (de los últimos 10 años, por lo menos).
Una marca que sabe quién es, se conoce, se reconoce. Algo que parece obvio y vital pero que no todas las marcas manejan con soltura. Se enredan con pretensiones y complejidades que no responden a lo que internamente manejan.
Para mayor gloria, coca-cola, además de haber identificado lo que hay dentro de su marca, se esmera en comunicarlo efectivamente, en llegar con todo el espíritu que les ha guiado. En ocasiones puede ser etiquetado de ñoño, pastel, anticuado o listillo. Puede que se les pueda echar en cara que una multinacional, ogro globalizador, quiera enarbolar la bandera del buenrollismo y de la filosofía de la chispa de la vida. Pero a mi me llegan, les creo y, en ocasiones, me emocionan.
En el vídeo impacto os dejo el último de coca-cola: el encuentro sobre la felicidad. Y añado otro excelente spot de una las marcas que mantiene una buena linea comunicativa además de saber quien es. La etiquetaría algo así como: el guiño de la excelencia. ¿Quién deben ser? Ver vídeo impacto >>