El nombre de la cosa

En mi barrio hay una pequeña tiendecita que me llama la atención: ‘Lechería Eva’. He de reconocer que nunca he entrado, ni tan siquiera sé qué venden. Paso en coche y la veo un poco de lejos. Tiene pinta de colmado. Pero el rótulo de reclamo ‘Lechería Eva’ la verdad es que llama la atención.

Me fascina como las connotaciones que arrastran las palabras transforman significados y aportan informaciones más allá de la interpretación que ofrece el diccionario. Espero no entrar en disquisiciones lingüísticas, es algo más como el cartero de Pablo Neruda.

vuela, chisposo...¿mariposa común?
¿mariposa común?

 

– Porque los nombres no tienen nada que ver con la simplicidad o complicidad de las cosas. Según tu teoría, una cosa chica que vuela no debiera tener un nombre tan largo como mariposa. Piensa que elefante tiene la misma cantidad de letras que mariposa y es mucho más grande y no vuela

 

No puedo evitar decir que a veces incluso me parece que la poética, la musicalidad de algunas palabras parecen predestinadas a definir algo. ‘Mariposa’, oigo como suena y no me extraña que refleje a un ente chisposo y colorista y no a toneladas grises. Supongo que mi mente juega conmigo.

Me gustaría saber que hubiera pensado si me hubieran dicho Google o Michael Jordan antes de conocer su trayectoria.

Sea como sea, en mayor o menor medida dependiendo del caso, las palabras provocan imágenes y sensaciones.  Cobra todo esto vital importancia a la hora de empaquetar un producto, comunicar ideas o manejar la percepción de marca. Outlet, premium, gold, prefesional, bio, rústico, casero, lechería…

 

links:Il Postino (el cartero y Pablo Neruda)Antonio Skármeta en wikipedia

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